El pasado sábado día 5 de noviembre a las 20:00 horas en la parroquia de San Pedro, tuvo lugar la eucaristía de acción de gracias por la JMJ de nuestro arciprestazgo, por lo que numerosos grupos de jóvenes de la ciudad asistieron a la misma.
La Eucaristía fue presidida por Don Pablo Martín del Burgo, responsable de jóvenes del arciprestazgo de Ciudad Real y párroco de San Pedro, junto a él concelebraron, Don Joaquín Villar arcipreste de Ciudad Real, Don José Felipe Fernández delegado diocesano de juventud, Don Adriano de Santa María la Mayor y Don Guzman y D. Joaquin párrocos de la iglesia San Ignacio.
Durante la misma Don Pablo nos emocionó con su homilía en la que nos recordó algunos de los grandes momentos vividos tanto en la preparación de la JMJ como en el desarrollo de la misma. También nos recordó algunos de los mensajes que el Santo Padre nos dedico a nosotros los jóvenes. Revivimos los cantos, la alegría, y el espectacular momento de silencio y adoración al Santísimo en Cuatro Vientos.
D. Pablo destaco en especial, el momento en que todos los jóvenes, rezamos de rodillas sobre el barro de cuatro vientos, lo felices que éramos durante la tormenta y tras la pausa que hubo tras esta y que nos permitió vivir una experiencia única junto a su Santidad Benedicto XVI.
En esta misa los jóvenes queríamos ser los “protagonistas”, el motivo de dar gracias hizo que la iglesia se llenase de jóvenes de todas las parroquias de la ciudad. Como ya he dicho queríamos ser los “protagonistas”, por lo que participamos en la misa cantando en el coro y realizando las lecturas, pero donde más destacamos fue en lo más importante, REZAR.
Al finalizar el delegado de la pastoral juvenil, D. José Felipe, nos dirigió unas palabras de agradecimiento al trabajo que hemos realizado todos, y animo a t
odos los jóvenes allí presentes, a seguir trabajando en nuestras parroquias y desde la pastoral juvenil.
Don Pablo, Finalizó la eucaristía con una acción de gracias, en la que nos pidió a los jóvenes dar fruto por todo lo sembrado en esta Jornada Mundial de la Juventud, arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fé.
AHORA NOS TOCA A NOSOTROS SER TESTIGOS DE TODO LO VIVIDO Y DE TRANSMITIRLO AL MUNDO
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