SABADO SANTO
“Esta bien esperar en silencio la salvación del Señor.” Lam 3,6
Todo duerme y espera.
También reposa el cuerpo de Jesús. Y es que este gran sábado no es como los otros. Algo ha cambiado radicalmente.
En lo hondo de nuestras almas se ha prendido una chispa de fuego. Todo calla, pero en espera.
Alguien llora con el deseo de arrancar a la muerte un poco de vida.
En el silencio de una noche de dolor, de vigilia, cuando todo parece estar perdido, cuando la derrota pesa, cuando el fracaso se hace patente… Aparece la figura de una mujer, quizás frágil, pequeña… pero fuerte y llena de luz, que acaricia, consuela… Una Madre que supera su dolor para abrazar el nuestro para hacernos comprender que “el Amor es más fuerte que la muerte”, que “el Amor todo lo espera, todo cree”; que el Amor vence siempre.
Vivir la noche del silencio y el dolor junto a María, la Madre, nos hace llenarla de ternura y esperanza.
Adora y confía..
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